VIVIR es un PROCESO:

Estamos demasiado acostumbradas/os a que todo sea veloz y construimos una normalidad donde las cosas siempre son “para ayer”. 

Lo complejo es que no solo perdemos entrenamiento en todo lo que implica SOSTENER PROCESOS sino que además, cuando las cosas llevan más tiempo del que imaginábamos, creemos que “estamos fallando en algo”,  que “no estamos haciendo lo suficiente”, que “entonces no es por ahí”, etc.  

Nos come la exigencia, la productividad, la ansiedad. Nos desvalorizamos, dudamos y abandonamos proyectos, ideas, metas, sueños. Nos privamos de algo esencial: el aprendizaje que solo llega cuando estamos realmente ahí, experimentando, que nos sirve para crecer, madurar, comprender, integrar y volverlo a intentar. 

Por eso, creo que necesitamos reivindicar y recuperar la noción de lo que realmente implica VIVIR UN PROCESO

Honrar nuestro ritmo:

Y de aquí se desprende una valiosa verdad: la realidad de que no podemos sostener siempre el mismo ritmo como si fuésemos máquinas. Nuestra naturaleza es cíclica. Nuestra mismísima fisiología es cíclica, nuestro recorrido hormonal es cíclico. Tenemos semanas de más expansión y otras de más quietud. Días de claridad y otros de incertidumbre. Nuestro estado interno fluctúa, y eso está bien. 

Cuando pretendemos vivir siempre al 100% estamos exigiéndonos, forzándonos y terminamos por disociarnos y desconectarnos de nuestro registro interno. Quebramos esa conexión tan necesaria entre nuestro mundo interior y exterior. Por eso, soy amante de los espacios terapéuticos, porque nos enseñan a crear, cuidar y sostener esa conexión. Y teniendo disponible esa conexión adentro-afuera/interno-externo (que cada una/o aprende a decodificar), resulta más fácil manejar nuestras decisiones, nuestras propias expectativas, porque sabemos medir mejor nuestra energía disponible. 

Te regalo estas preguntas para que puedas hacértelas a lo largo del día y empieces a entrenar tu registro, tu ESCUCHA:

✨ ¿Cómo estoy?

✨ ¿Qué necesito?

✨ ¿Cuánta energía realmente tengo para poner en acción?

✨ ¿Puedo ajustar algo en mi día para que esté más alineado con mi registro?

Bendecida sea la capacidad de ser flexibles sin que esto implique que se nos desarme la rutina por completo y convivamos con un caos constante. Hay un punto medio que cada una/o debe aprender a escuchar e implementar. Más, este gesto de estar más perceptivas/os a cómo realmente estamos nos ayuda a regular. 

El arte de regularse:

Aplaudamos y hagámosle una bonita reverencia a la llegada de esta palabra: REGULAR 💛 ¿Qué implica? Un acto que requiere sensibilidad, coraje, disciplina y autoridad interna: que mis decisiones vayan a favor de mi estabilidad interna, es decir, encontrar ese punto justo entre la activación y la relajación. Ni estresada, ansiosa, desconectada y apática: sino SEGURA y CONECTADA. Wow, pero eso ¿existe? CREEME QUE SÍ!!!

Y aquí quiero resaltar algo: necesitamos aprender a abrazarnos en todos los grises pues los procesos están llenos de matices y encontrar ese punto de regulación lleva MUCHA práctica. Hay subidas, bajadas, llanuras, curvas y contracurvas, momentos de incertidumbre, luz, y oscuridad total. 

Hay INCOMODIDAD también. Y es un bálsamo que nuestra mente racional sepa que ESTÁ BIEN QUE ASÍ SEA. No estamos mal, no estamos fallando, no estamos haciendo menos de lo que deberíamos. Estamos aprendiendo. Y justamente, los espacios y experiencias terapéuticas que ofrezco sirven para ser una guía y una compañía amorosa en ese aprendizaje. Construimos un equipo que tiene una misión: recuperar tu presencia. 

Quiero concluir con esta idea, que sé que suena cliché, pero la necesitamos! 

El famoso “estar presente”: 

Hay momentos donde realmente no sabemos qué es lo mejor, donde tenemos que tomar decisiones y accionar sin tener una certeza, donde nuestra brújula interna no tiene un norte claro. POR ESO, necesitamos entrenar la posibilidad de accionar estando presentes. Pues si logramos estar presentes en lo que estamos haciendo, tenemos la oportunidad de obtener conclusiones más reales, que provienen de la experiencia y que nos permiten confirmar, chequear, elegir cómo queremos hacerlo la próxima: ¿es por ahí? ¿es como pensaba? ¿es lo que quería? ¿se siente bien? ¿me gusta? ¿estoy cómoda? ¿es así o es mejor de otra manera? ¿cómo podría hacerlo distinto?

Esa es nuestra gran manera de aprender: ser conscientes EN la experiencia. Es decir: ser conscientes mientras estamos experimentando. Ni antes ni después, durante. Ese es nuestro mayor desafío: aprender a permanecer en eso que estamos experimentando. Cuando podemos sostener ese estado la vida cobra un brillo más intenso. Y en ese registro, aparece una energía vital que nutre el cuerpo, la mente y el espíritu. 

Esa energía vital es la que nos llena de sentido. Es una sensación interna, íntima e inefable, que cubre nuestro ser con un manto de luz dorada. Nos sentimos vivas/os. Hay una parte nuestra que deja de buscar, que se percibe en calma, en su hogar. Esa sensación se traduce en un estado de Paz interna, que si lo fortalecemos, permanece aún cuando estamos navegando la máxima de las tormentas. 

Ahora, esa Paz no es posible cuando vivimos únicamente desde la mente racional, analítica, lógica. Esa Paz surge cuando hay una interconexión y una participación de TODO nuestro ser en la vida cotidiana. Por eso, mi abordaje es integral: quiero acompañarte a recuperar tu Sabiduría, tu Maestría. A que aprendas sobre tu Sistema Energético de Consciencia, que puedas percibirlo, decodificar el lenguaje medicinal de tu cuerpo, las sensaciones, emociones, sentimientos, que reconozcas a tu mamífera/o y a tu Espíritu. 

Esa es mi gran intención-motor con todo esto. Y no es para nada pequeña! Jajajaja

Seguiremos ahondando en todo esto… mientras tanto espero tus comentarios, sentipensares. Me super interesa recibirlos!!

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Abrazo inmenso! Con amor, Maite.